En una ocasión Don Bosco recibió en la sacristía a un señor que le entregó una limosna, pidiendo que rezara por él y que pregonara por todo el mundo las maravillas que Dios hace a través de su Madre.
El hombre le contó que tenía un hijo único de cuatro años que cayó enfermo, sin esperanza de curación. Lloraba mucho y un amigo le sugirió hacer una novena a María Auxiliadora, con la promesa de entregar un donativo a la Iglesia construida bajo esta advocación.
Así lo hizo y a la mitad de la novena, su hijo quedó fuera de peligro. Según la tradición salesiana, esta es la novena que difundió Don Bosco:
1. Rezar durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres Salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".
2. Acercarse a los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
3. Ofrecer una limosna o el propio trabajo personal para sostener obras de apostolado, de preferencia aquellas en favor de los jóvenes.
Más información en el especial de María Auxiliadora.
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