La familia y los abuelos
Diócesis de Celaya
8/29/2017 01:51:00 p. m.
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El Espacio del Padre Carlitos
Desde siempre los abuelos han sido verdaderamente significativos para la familia, sea por los valores que trasmiten de modo cotidiano, como especialmente por representar una parte sagrada, al grado que para muchos pueblos antiguos representaban la garantía de la presencia de Dios.
San Juan Pablo II, que dedica una carta a los Ancianos, dice: “Honra a tu padre y a tu madre, es un deber reconocido universalmente. El mandamiento enseña, además, a respetar a los que nos han precedido y todo el bien que han hecho; tu padre y tu madre indican el pasado, el vínculo entre una generación y otra, la condición que hace posible la existencia de un pueblo” (N. 11).
Subrayando la enseñanza de San Juan Pablo II, como vínculo entre una generación y otra, los abuelos son depositarios de la sabiduría de las generaciones pasadas, fuente de afecto, cariño y consejo, de experiencia y madurez, transmisores de valores, cultura y fe. Las principales enseñanza antes no se daban en las escuelas o en los libros, sino especialmente de modo vivencial y oral, por lo que los abuelos eran ese enlace generacional. Por eso la cultura más que una riqueza de conceptos, era una vivencia real de valores.
Dar espacio para escuchar consejos, vivencias, anécdotas y experiencias de vida de los abuelos, significa una valiosa aportación a la educación de los hijos y nietos, pues en sus vivencias siempre reflejan los principios claves que les permitieron llevar su vida con éxito y dignidad.
Pero además del enorme significado que por tradición marca la importancia de los abuelos, en el tiempo actual, éstos, en muchos casos, han ido tomando tareas cruciales pues ante las exigencias materialistas del tiempo, no son pocas las parejas de papás que se implican en tareas económicas para proveer el sustento familiar; por lo que en esos casos es una dicha contar con unos abuelos que a veces se convierten en los educadores fundamentales de los nietos, por ser quienes los cuidan mientras papá y mamá traban. De ahí que los abuelos son quienes los reciben de la escuela, los llevan a la formación en la fe, les acompañan en sus tareas, los llevan al médico y, en muchos casos, también les solapan en ciertos gustos que los papás no consentirían. Todo esto indica que cada vez los abuelos toman, en muchos casos, papeles más protagonistas en la formación de los nietos.
Por desgracia, es necesario también advertir que hay situaciones indebidas, como cuando los abuelos deben resolver situaciones de los nietos que los papás, en muchos casos, por comodidad o irresponsabilidad no resuelven. Pero lo más grave es cuando después, cuando sus fuerzas son insuficientes, los abuelos son abanados. Es triste ver al abuelo solo, desatendido o refugiado en un asilo o casa de reposo, simplemente porque no es cómodo tenerlo en casa, porque implica una carga. Es triste ver a abuelos en la calle sin un refugio apropiado después de que fueron despojados de sus bienes.
Ojalá siempre se reconozca que los abuelos tienen una gran riqueza que aportar a la familia y en concreto a los nietos, para lo cual debemos valorarlos, respetarlos, quererlos y citarlos como ejemplo. A los abuelos se les debe tratar con caridad, con veneración y amarles en plenitud. Sin duda su trabajo, su significado, su historia y, en general, toda su riqueza siempre serán un factor de aprendizaje y de unidad para toda la familia.
¡Gracias benditos abuelos!