VIDEO: Presentará Padre Dante Gabriel Jiménez Muñoz-Ledo su última novela "Vuelvo en un minuto", en Feria Internacional del Libro
Diócesis de Celaya
11/30/2017 05:08:00 p. m.
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Eugenio Amézquita Velasco
La presentación se realizará en el Salón Alfredo R. Placencia, ubicado en los salones de eventos de la planta alta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, realizando la invitación formal a este evento la Editorial La Retama, que ha sido la encargada de la edición de sus libros.
El libro
Es un libro hecho de sensaciones de familia, nos narra el Padre Jiménez Muñoz-Ledo, señalando que "a través de un viaje que pone al descubierto que ya nadie desea vivir de la misma forma, el protagonista encuentra personajes que muestran mutaciones del ser humano. Una sociedad fragmentada y al mismo tiempo de frente al desarrollo tecnológico más grande de la historia, es el telón donde se evidencia que vivimos un cambio de época".
La obra misma nos señala que "con una narrativa rica de sensibilidad e imaginación, el autor nos introduce en el mundo de lo real. Más allá de la realidad virtual y de la analógica, la realidad interior. Esa que la mayoría de las veces nos pasa desapercibida".
Vuelvo en un minuto también cuenta una historia de amor.
Vuelvo en un minuto...
"Salí de viaje igual que siempre para dejar que mi pensamiento corriera libre y mi corazón se dilatara. Pero esta vez también deseaba recoger muestras de nuestra aldea global, del momento que estamos viviendo, igual que un investigador botánico recolecta pruebas de nuevas mutaciones en algunas especies, yo deseaba leer los signos de cambio en la nuestra".
"Pensé que me hartaría de hacer filas para el tren, el avión o el restaurante; sin embargo, no fue así. El deseo de encontrarme en el lugar donde todo significa me mantuvo vigente. Cada mañana, cada cambio de sociedad en la que nos hospedamos, allí frente al nuevo tramo a recorrer, yo me sentí igual que si iniciara. Creo que ayuda a tener el ánimo en alto pensar que ya estamos cerca de iniciar el último viaje".
"En ocasiones lo sueño. Me vienen imágenes en parte familiares y a la vez incomprensibles; ambas me confirman que ya no pertenecemos al mismo mundo. Al menos tal como lo entendemos. Y creo que tampoco seremos los mismos".
"Para hacerme una idea de los distintos momentos de nuestro cambio, imagino el tornado: primero "la penumbra" que viene de la aceleración del viento intenso cargando polvo, luego la calma momentánea y nublada de su centro: "la encrucijada". Todo parece estático. Aún sí, se lo siente peligroso porque flotamos sin saber hacia dónde saldremos. Enseguida "el vórtice", que se traga todo en giros de alta velocidad. Una aceleración expectante. Y al final "el resplandor" un poco antes de arrobar a nuestra nueva condición".
"Se parece también al surf: primero buscamos la cresta de la ola, luego montamos en ella, nos encontramos sin precisión para acertar nuestra salida, y al final llegamos sobre la tabla a una nueva playa".
"He puesto como título al cuaderno en el que registro mis vivencias de esta recolecta "apuntes del hombre que estaba por partir".
"Porque, aunque estaba seguro de que partiríamos en cualquier momento, me voy convenciendo de que esto no sucederá tan de inmediato como lo esperaba".
"Y es que mientras no haya precisión, concluyo que todo discurre en un continuo interpretar, volver a calcular y así hasta no hallar la fórmula incluso física que nos explique todo".
"Y mientras esto sucede, lo que más me anima es cuanto experimento. Estas percepciones son la única posibilidad tangible de distinguir entre la bruma de lo cotidiano, que de ordinario lo oculta todo, y las imágenes cristalinas de mis sentidos que poco a poco iluminan nuestra realidad futura".
El libro
Es un libro hecho de sensaciones de familia, nos narra el Padre Jiménez Muñoz-Ledo, señalando que "a través de un viaje que pone al descubierto que ya nadie desea vivir de la misma forma, el protagonista encuentra personajes que muestran mutaciones del ser humano. Una sociedad fragmentada y al mismo tiempo de frente al desarrollo tecnológico más grande de la historia, es el telón donde se evidencia que vivimos un cambio de época".
La obra misma nos señala que "con una narrativa rica de sensibilidad e imaginación, el autor nos introduce en el mundo de lo real. Más allá de la realidad virtual y de la analógica, la realidad interior. Esa que la mayoría de las veces nos pasa desapercibida".
Vuelvo en un minuto también cuenta una historia de amor.
Vuelvo en un minuto...
"Salí de viaje igual que siempre para dejar que mi pensamiento corriera libre y mi corazón se dilatara. Pero esta vez también deseaba recoger muestras de nuestra aldea global, del momento que estamos viviendo, igual que un investigador botánico recolecta pruebas de nuevas mutaciones en algunas especies, yo deseaba leer los signos de cambio en la nuestra".
"Pensé que me hartaría de hacer filas para el tren, el avión o el restaurante; sin embargo, no fue así. El deseo de encontrarme en el lugar donde todo significa me mantuvo vigente. Cada mañana, cada cambio de sociedad en la que nos hospedamos, allí frente al nuevo tramo a recorrer, yo me sentí igual que si iniciara. Creo que ayuda a tener el ánimo en alto pensar que ya estamos cerca de iniciar el último viaje".
"En ocasiones lo sueño. Me vienen imágenes en parte familiares y a la vez incomprensibles; ambas me confirman que ya no pertenecemos al mismo mundo. Al menos tal como lo entendemos. Y creo que tampoco seremos los mismos".
"Para hacerme una idea de los distintos momentos de nuestro cambio, imagino el tornado: primero "la penumbra" que viene de la aceleración del viento intenso cargando polvo, luego la calma momentánea y nublada de su centro: "la encrucijada". Todo parece estático. Aún sí, se lo siente peligroso porque flotamos sin saber hacia dónde saldremos. Enseguida "el vórtice", que se traga todo en giros de alta velocidad. Una aceleración expectante. Y al final "el resplandor" un poco antes de arrobar a nuestra nueva condición".
"Se parece también al surf: primero buscamos la cresta de la ola, luego montamos en ella, nos encontramos sin precisión para acertar nuestra salida, y al final llegamos sobre la tabla a una nueva playa".
"He puesto como título al cuaderno en el que registro mis vivencias de esta recolecta "apuntes del hombre que estaba por partir".
"Porque, aunque estaba seguro de que partiríamos en cualquier momento, me voy convenciendo de que esto no sucederá tan de inmediato como lo esperaba".
"Y es que mientras no haya precisión, concluyo que todo discurre en un continuo interpretar, volver a calcular y así hasta no hallar la fórmula incluso física que nos explique todo".
"Y mientras esto sucede, lo que más me anima es cuanto experimento. Estas percepciones son la única posibilidad tangible de distinguir entre la bruma de lo cotidiano, que de ordinario lo oculta todo, y las imágenes cristalinas de mis sentidos que poco a poco iluminan nuestra realidad futura".