Pbro.Emilio Torres Silva, de 96 años de edad, acompañado
por el Pbro.Juan Carlos Rodríguez Monzón

Por Hermano Asno OFS
Fraternidad de la Purísima Concepción de Celaya

Mucho se habla de los sacerdotes enfermos y ancianos, pero ¿Quiénes son ellos? ¿Dónde están? ¿Cuántos son? Las preguntas se agolpan aunque muchos católicos saben el dónde, cómo y cuándo de ellos. Sin embargo, era necesario ir a visitarlos y conocerlos para en verdad podernos dar una idea de lo que el día 21 de septiembre debe llegar a nuestro corazón: la caridad, la misericordia y la generosidad.

Acompañados por el padre ecónomo Juan Carlos Rodríguez Monzón, acudimos a tres lugares, donde la paz y la tranquilidad se respiran. Aparentemente sólos, tienen a Dios y a alguien que les ayuda con mucha paciencia a hacer la vida más llevadera. Llegamos a la calle de Allende, en el número 410. Ahi, en una amplia pero modestísima casa, vive un sacerdote de 101 años de edad, enfermo, y que de manera periódica es visitado por sacerdotes diocesanos. Es el Padre Odilón Ambriz, quien reside en nuestra diócesis pero que pertenece a la Arquidiócesis de Morelia. Fotografías, recuerdos, libros y cuadros que visten las paredes de la casa donde radica son mudos testigos de toda una vida dedicada a Dios.

Según cálculos conservadores, el padre Odilón debió de rebasar las 20 mil misas celebradas durante su vida sacerdotal. Todavía, recientemente, fue visto concelebrando en el Santuario de Guadalupe, en la Alameda. Miles y miles de personas fueron bendecidas por sus manos, esas mismas manos que absolvieron a muchos o dieron la bendición nupcial a centenares de esposos o ungieron a enfermos que pudieron partir al encuentro con Dios, confortadas con los auxilios espirituales, el perdón de los pecados, la indulgencia plenaria y la predicación de la homilía.
Pbro. Odilón Ambriz, de 101 años de edad.

El padre, ya en cama, con dificultad se puede desplazar. Al llegar al lugar, no hay necesidad de entrevistar. Su sola presencia manifiesta toda una vida de servicio dejada en favor del prójimo. Nos dicen que durante la semana, el padre ODilón ha pedido, él mismo, los auxilios espirituales al párroco que le corresponde. El padre Juan Carlos, antes de retirarse, da la bendición al hermano sacerdote quien en silencio y con los ojos cerrados la recibe.

Oren por sus sacerdotes: Padre Emilio

Seguimos rumbo al barrio de San Miguel y a un costado del templo parroquial, en Diego Rivera 303, nos encontramos otra casa amplia y también muy muy modesta. Ahi radica el padre Emilio Torres Silva, nacido en Zitácuaro, Michoacán el 8 de septiembre de 1918 y ordenado sacerdote en Montezuma, Texas, el 19 de diciembre de 1942. es decir, 72 años de sacerdote y 96 años de edad.
recostado en su cama, con una mente ágil, siempre preocupada por leer, prepararse, se levanta para atenderndos. Sonriente, nos recuerda los tiempos en que colaboró con Mons. Victorino Álvarez Tena, primer obispo de Celaya, como funcionario en la Curia Diocesana. Preguntamos por los nombres de sus padres, ya fallecidos: Emilio Torres Quintana y María Silva de Torres. Tercero de cuatro hermanos: Margarita, María Luisa, Emilio y Ana María. Para él lo más grande, ser ministro de Cristo, su sacerdocio, representante del mismo Jesús en la tierra. Recuerda como se dio su vocación. Un grupo de seis a siete jóvenes zitacuarenses se fue al Seminario. El no fue llamado y de la nada, ingresa al Seminario de Morelia becado, gracias al padre Ferdinando Ruiz y Solórzano, quien después fuera arzobispo de Yucatán a medidados del siglo XX.

Recuerda con alegría a uno compañero suyo del Seminario: El patzcuarense Estanislao Alcaraz y Figueroa, quien en 1972 llegara a ser preconizado Arzobispo de Morelia.

La situación difícil contra la fe catrólica en México, obligó a las diocesis de México a enviar al padre Emilio y a decenas de seminaristas a estudiar al Seminario de Montezuma, en Texas, atendido por los padres de la Compañía de Jesús.

Pasa el tiempo entre anécdotas y recuerdos. Termina pidiendo algo a quienes leeran este artículo: Oren por sus sacerdotes para que cumplan con su deber.

Mons. Luis Muñoz-Ledo Cabrera,
de 93 años de edad.
“Si usted no dice la misa, no me quedo”: Mons. Luis Muñoz-Ledo Cabrera

Llegamos al tercero de nuestros entrevistados. Hemos de viajar hasta Apaseo el Grande y encontrarnos con Mons. Luis Muñoz-Ledo Cabrera, nacido el 4 de agosto de 1921 y ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1944.  Tiene 93 años de edad y a punto de cumplir 70 años de sacerdote.
También los recuerdos se vuelcan durante la entrevista. don Carlos Muñoz-Ledo Primo y doña Rosalía Cabrera de Muñoz-Ledo, que le inculcaron la fe en Cristo. ¿Cómo nació su vocación? “Desde pequeño me gustaba dizque decir misa”, sonríe y hubo quien me dijo “usted no es padre, sino un muchacho soñador”... y acabé siendo sacerdote.
De ahí me fui al Seminario de Morelia y también a Montezuma, explicó.
Mons. Muñoz Ledo, quien recibió este titulo honorífico de San Juan Pablo II, Papa, fue vicario general de la Diócesis de Celaya siendo obispo Mons. Jesús Humberto Velazquez Garay, de feliz memoria, segundo obispo de Celaya. Autor de dos obras, “Apaseo, monografía histórica”, impresa en 1995 y “Apuntes para la historia de la Diócesis de Celaya”, que vió la luz en 199, historia que el mismo Mons. Velázquez Garay calificó de “historia de amor, del amor de Dios, iniciada en el último tercio del siglo XX.
Finaliza la charla Mons. Muñoz-Ledo con una anécdota: “Me invitan a celebrar una Misa para la primera comunión del sobrino de un sacerdote. Llego a la puerta, y una señora pregunta sobre la hora de inicio de la celebración eucarística. Doy la información y lo que me pareció simpático de la señora fue su respuesta: Si usted no dice la misa, no me quedo”.
Este 21 de septiembre, se generoso con tus sacerdotes ancianos y enfermos. Son más de 20 los que necesitan de tu misericordia y generosidad.